31 jul 2010

Hola a todos!! En breve ConunpardeBolas publicará los comentarios de la Liga y la fase de clasificación de España para la Eurocopa. Gracias por estar ahí. Puedes hacerte seguidor aquí en el blog y subscribirte para recibir por mail las últimas publicaciones. También puedes unirte al grupo en facebook: ConunpardeBolas.
Ahora, es la hora de soñar con nuestros equipos, ese del que somos desde pequeñitos, porque, como has podido comporbar, LOS SUEÑOS TAMBIÉN SE CUMPLEN. Suerte a todos y graciasssssssss!!!

12 jul 2010

“And the winner is…”: ESPAÑA

¡Campeones! ¡Feliz Mundial…y que cumplas muchos más!

Campeones ConunpardeBolas. Sufriendo todo un campeonato, todo un partido, toda una prórroga,.. Sufriendo para demostrar que habíamos llegado hasta ahí para eso: para ganar. Contra todo y contra todos. Contra equipos como el de ayer que intentan pararnos sobrepasando la delgada línea roja y contra árbitros que lo permiten mirando hacia otro lado.

Pero nos daba igual. Ayer no había excusas para perder. Había que ganar si o si y los nuestros trataron de olvidarse del juego sucio, aunque ellos estaban ahí para recordárnoslo: una y otra vez, una y otra vez, ¡pero para que tienes el pito y las tarjetas Sr. (no sé porque le digo Sr.) colegiado! El pito ya vimos que lo tenía pequeño y las tarjetas “ande andarán”…

Nosotros salimos a por el partido y creamos un par de ocasiones en los primeros minutos. Presentamos nuestras credenciales desde el primer segundo. Luego ellos transformaron el partido en una pequeña guerra “subterránea” para frenar nuestro ritmo y llevar el partido a su terreno. Se quitaron la presión de encima, de malas maneras, pero se la quitaron. El juego se trabaría y no pudimos ser ese equipo que nos encandiló contra Alemania. A falta de juego, a falta de Tiki-taka nosotros también dimos la cara y ¡hasa Iniesta se enfadó!.. y le dejó un recadito a un tal Van Bommel. Por cierto, que jugador este Van Bommel… Se vé que el susodicho se motivó en tierras sudafricanas viendo la película “Invictus” y para eso se puso ayer al camiseta. La verdad es que Holanda tampoco se merecía una representación así.

Y nos tocó sufrir. “Hasta el rabo todo era toro” y esto Sras. y Sres. era la final de un Mundial. Esas finales que durante tanto tiempo habíamos visto por la tele. Sin sentirlas, sin vivirlas, sin jugarlas en casa, en la calle, en el bar,...

Entre patada y patada la segunda parte fue más de lo mismo y el partido se volvió un poco loco, de aquí para allá, de acá para allí. Y eso no nos convenía, porque lo que ellos querían era pescar en río revuelto y pillarnos en alguna contra con su “velocista” Robben. No queríamos ver sus carreras… y por desgracia vimos dos; “vivimos” dos carreras que se hicieron interminables, al más puro estilo “Oliver y Benji” y nos pusieron el corazón en un puño (por no decir los huevos de corbata). Pero allí estuvo él: el PORTERO de España, porque donde hay una selección de 10 hay un portero de 10. Fue nuestro “paracetamol” que nos evitó 2 fuertes, pero que muy fuertes, dolores de cabeza.

Aquellos que habían podido sacar el billete para vivir el partido “in situ” y el resto de españoles de nacimiento o de adopción que lo vivíamos por la tele, lo íbamos a rentabilizar al máximo. Ya que era nuestra primera final… ¡había que aprovecharla! Más minutos, por favor, que no queremos que esto se acabe. Parece que los dioses africanos querían seguir viendo jugar a España.

Y llegó la prórroga. Y España volvió a ser nuestra España. Lo dió todo por ganar y puso lo más importante que hay que poner siempre, en el fútbol, un juego, y en la vida: voluntad y sacrificio. En este tiempo añadido dispusimos de nuestras mejores ocasiones y nos asomamos al mundo para decir que esta era España, por si alguien todavía no se había dado cuenta. Y por allí apareció Iniesta, especialista en aliviar tensiones en los minutos finales, para fusilar al portero con la fuerza de un misil empujado por todos los españoles. El fútbol hizo justicia. Lo que tú o yo sentimos en ese momento, no lo puedo describir con palabras. Cierra los ojos y recuerda ese momento. No lo borres jamás de tu mente.

Ganó España y los españoles. Ganaron los aficionados a este deporte en general. En un campeonato de fútbol lo normal era que ganara el único que se dedica a eso: a jugar a fútbol. España le ha hecho un favor a este deporte que se inventó para eso, para jugar, para disfrutar, para marcar goles, para ganar,… y que muchos lo han transformado en todo lo contrario. Gracias España.

Del cielo sudafricano, del cielo de Puerta, de Jarque y de tantos y tantos españoles, futbolistas o no, deportistas o no, cayó una estrella para ir a parar a nuestra camiseta y decirle al mundo mundial que… SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO. ENHORABUENA A TODOS ¡CAMPEONES!

8 jul 2010

Y al final … LA FINAL

¡A la final! ¡ConunpardeBolas! ¡ConVeintitresparesdeBolas! ¡Con CuarentaisesismillonesdeparesdeBolas!

Ahora si. Ahora ya podemos decir: nosotros también jugamos finales de mundiales. Paso a paso, el camino nos ha llevado hasta aquí. Donde soñábamos antes de empezar. Donde creían algunos no llegaríamos jamás tras aquel partido contras Suiza ¿alguien se acuerda ahora? Claro que sí. Hay que recordarlo. Recordarlo para saber que empezamos este Mundial sufriendo y acabaremos, como no, sufriendo aún más. Las heridas de las batallas nos han hecho más fuertes y las cicatrices nos deben recordar lo que nos ha costado conquistarlas.

Soñábamos despiertos con la esperanza de llegar con una afición entregada desde el principio, de un país unido por eso que llaman fútbol, por ese color que llaman rojo. Un país donde el futbol ya no sólo es 11 vestidos de corto corriendo tras una pelota, sino un sentimiento y un orgullo de sentirse por y para siempre español.

Y que mejor manera de llegar a tu destino que hacerlo en “business”. En primera clase y contra Alemania (que por si alguien no lo sabe, ha disputado 13 semifinales). Para nosotros era nuevo estar aquí. Y demostramos al mundo quines somos, de donde venimos (de ser Campeones de Europa) y a donde vamos: a por nuestro primer Mundial.

Queríamos jugar contra los mejores y esa era Alemania: que si jugaba así o asao, que patatín que patatán… que juegan bien, superbien, maravillosamente bien… Que jugaban como España. Les faltó decir “casi como España”: España no hay más que una.

Ni la olieron. La verdad, es que el mundo mundial que ayer vió el partido, a excepción de los españoles, seguro que desde el minuto 1 del partido, por la disposición y ganas en el terreno de juego sabían que España iba a ganar si o si, por lo civil o lo criminal.
A nosotros los españoles, abonados este campeonato a sufrir, nos acompañó durante todo el partido un pequeño sentimiento de incertidumbre por el “por si”… Pero..¡coño! ¡Si lo estábamos viendo con nuestros propios ojos! Éramos superiores, éramos mejores, corríamos más, veíamos a su portero más que al nuestro (por cierto, vi más a Reina por la tele, grande Reina, saltando y mordiéndose hasta las uñas de los pies que a Casillas) tiki-taka por aquí, tiki-taka por allá,… Y aún así, el que más y el que menos…un poquito (o un muchito) acojonado ¿verdad? Sufridores natos. Que levante la mano el que no sufrió que no me lo creo… Así somos: “semos diferentes”. Y a mucha honra…

Y cuando ya no nos quedaban uñas, se nos había empezado a correr la pintura de la cara por el sudor y la tensión, a los que ya no nos salía ni aire de los pulmones para soplar la vuvuzela y se nos empezaba a revolver la cena en el estómago… entonces llegó el gol: ¿de corner y contra las torres alemanas? Si si. Con un par. Parece que Puyol voló empujado por todos los españoles. Él surcó el cielo y nosotros mirámos al cielo: Dios…¡iba de rojo! ¡¡Podemos!! ¡¡Claro que podemos!! Ya estábamos más cerca y entonces… ¡aún nos acojonamos más! Que cosas tiene el fútbol. Tan cerca,… tan lejos,… ¿Cuántos minutos faltan? Joder, como nos pone eso de sufrir. Y ellos, los que jugaban también, los que dicen se parecían a “Spanien”, nos bombardearon a colgar “melones” al área una y otra vez bajo el cielo sudáfricano. No había problema, si habíamos marcado en un córner… era pancomido ¿o no?

Y así fue. El arbitro pitó y… se acabó, o mejor dicho EMPEZÓ. Ahora si que ha empezado nuestra Final. Las eliminatorias antes llamadas por muchos “finales” eran octavos de final, cuartos de final y semifinal respectivamente. La Final, pues eso, para el final. No hemos ganado nada, aunque para nosotros los aficionados somos campeones pase lo que pase: campeones los que juegan... en el campo… y campeones los que jugamos… en la calle vestidos de rojo…

El fútbol dictará sentencia y proclamará un campeón que se llevará la Copa a su casa. Nosotros lo tenemos todo para serlo… Ojalá sea así.



Posdata: Te voy a decir una cosa a tí. Si a tí, al que mira para otro lado: mucho España, España, España, pero… ni bandera en el balcón, ni camiseta, ni cara pintada,… ni nada de nada. Es la hora de pintarlo todo de rojo ¿a que esperas? ¡JUNTOS PODREMOS!

4 jul 2010

¡Bárvaro España! Y ahora... a por los bávaros

¡Siiiiiiiiiii! Billete para semifinales. Ya estamos ahí… nos ha costado toda una historia de nuestro fútbol llegar, pero ahí estamos. Conunpar… de Bolas.
No ha sido fácil y menos lo va a ser a partir de ahora. Tocará sufrir pero… de eso ya tenemos experiencia en este Mundial ¿o no? Y ayer nos doctoramos en sufrimiento, porque el que no sufriera ayer… ¡que cojones tiene!

Fue otro partido en el que nos costó sacar todo lo que llevamos dentro. Faltó un poquito de fluidez ante un equipo, uno más, que salió encerradito desde el principio. Los paraguayos hicieron bien su trabajo y dispusieron de una oportunidad magnífica para adelantarse en el marcador. Fue el momento de Casillas (ese que algunos criticaban antes de comenzar el campeonato y al que ayer besaron el culo, con perdón. Ese Iker que nos recordó el “parapenaltis” de la Eurocopa y nos transportó a esa tanda de penaltis contra Italia para recordarnos que habría que sufrir, como entonces, para ganar el partido.

Pasamos de la desesperación y el terror del penalty en contra al júbilo por la parada y un posterior penalty a favor. Más alegría en tan pocos segundos imposible. Como es el fútbol, cúmulo de sensaciones sensacionales. Parecía que íbamos a ver la luz al final del túnel pero… la vimos fugazmente, porque marcamos y el árbitro lo mando repetir. Algunos seguro que aún lo estaban celebrando cuando Xabi Alonso tuvo que volver a coger el balón para lanzar otra vez. Los corazones, de nuevo, de la euforia a la incertidumbre, para luego dejar paso, otra vez, a la desilusión por el fallo. Vamos, que más contraste de emociones imposible. El que resistiera puede dar gracias de tener un corazón sano-sanísimo. A todo esto apareció por allí un árbitro al que le pareció que lanzásemos 3 penaltis seguidos era demasiado y nos birló una pena máxima clarísima…También apareció algún viejo fantasma al que no habíamos invitado a la fiesta… Tocaba sufrir y sufrir y volver a sufrir... Era la hora de los valientes.
Y entonces llegó ella: la pelota. Se convirtió en protagonista con esos sus efectos “endiablados” que dicen tener: jugadón de Iniesta que se la sirve en bandeja a Pedro que la estrella en el palo y el rechaze acaba en las botas de Villa, como no, y… al palo… y… al palo….y…¡Goooooooooooooooool de España! Gol de Villa… y de Vanessa, y de Juan y de María, y de Antonio,… Todos estábamos allí para empujarla, para empujarla al fondo de las mallas con todas nuestras fuerzas. Corazón: tic-tac-tic-tac….. ¡Pummmmmmmmmmmmm! Eclosión del sentimiento rojo, explosión de la marea roja en las calles, en los bares, en las casas,… Expresión máxima de un sentimiento, el tuyo y el mío: el NUESTRO.

Pasaporte para seguir soñando… No hagan ruido, por favor, porque ahora no es momento de despertarse. Sabemos que no hemos alcanzado el nivel de la pasada Eurocopa, pero sabemos que lo tenemos, que tenemos un as en la manga. Y es hora de sacarlo. Lo hemos reservado mucho en este Mundial y es hora de enseñarlo al mundo, de que sepan quienes somos y porque estamos ahí. PORQUE SOMOS LOS MEJORES. Y esta es la ocasión, una ocasión histórica para demostrarlo.

Y a nosotros nos va la marcha. Es la hora de enfrentarse a los grandes de verdad, a los favoritos “históricos” que siempre merodean estas eliminatorias, a esos que tenían el cartel de favorito desde la línea de salida pero de los que no queda ya casi nadie. Y nosotros estar, estamos. Es la hora de volver a dar la cara contra Alemania ¿recuerdan? Contra Alemania conseguimos el logro más importante de nuestro fútbol, pero aquello ya no sirve para nada a día de hoy. Hay que volver a jugársela contra ellos que aún estarán picados por aquella derrota. Y saldrán a muerte a por nosotros. Dicen que no son los mismos y que ahora juegan “al toque” como España. ¿Cómo España? Pues eso es lo que queremos, marcha, marcha, queremos marcha, marcha… porque al toque no nos gana nadie y no hay “quién nos los toque”. No queremos equipos ultradefensivos para jugar al frontón. Ya estamos cansados y aburridos. Queremos jugar al FUT-BOL (como diría aquel seleccionador de BA-LON-CES-TO que tantas alegría nos dió). Porque para eso hemos venido hasta aquí, y a a nosotros, los aficionados, el viaje se nos ha hecho largo-larguísimo y duro-durísimo. Muy duro: por Luis Enrique, por Eloy, por Cardeñosa, por Hierro, por Raúl, por Camacho, por Zubizarreta, por Butragueño, por Al-ghandur (o como se escriba), ¡por nosotros que siempre hemos estado ahí!

Sólo nos queda pedir 2 cosas: por un lado, un poco de suerte, porque aunque digan que la suerte es para los mediocres, como en la vida, la suerte es necesaria. Y, por otro, que tú estés ahí, con tu bandera, con tu cara pintada, con tu garganta afinada, porque… aunque ayer no te ví por la tele... se que estabas allí, en la grada, en el terreno de juego, con tu equipo, con tu alma, con tu furia,... con tu España. Tú has hecho historia. Te lo mereces. Gracias por acompañarnos en este viaje y... no te bajes todavía, que aún hay más. Aún nos quedan dos paradas para llegar a la meta.



Posdata: ¿Porque nos vacilan nuestros países rivales con las portadas de sus periódicos nacionales? ¿Lo harán también los alemanes? Que lo hagan, cuanto más nos pinchan más nos crecemos. Porque pa chulo, chulo, mi…